La imagen lamentable y parodia de sí misma que The Jesus and Mary Chain ofrecen hoy en día en sus conciertos, con especial mención para su actuación en el Primavera Sound del año pasado, queda lejos de la cima del hipotético ránking Rock Star de todos los tiempos que alcanzaron en sus inicios. No sólo hacían canciones y discos esenciales para entender qué pasaba entonces y para comprender la eclosión posterior del Indie Rock, sino que también ofrecían entrevistas como esta:
Los hermanos Reid y Bobby Gillespie, quién más tarde pasaría a formar parte de Primal Scream, sentados frente a un presentador belga en una televisión del mismo país en 1986. Realicemos un ejercicio de abstracción e ignoremos que, efectivamente, en un extraño giro de los acontecimientos la moda moderna de la segunda década del siglo XXI es la misma que la de mediados de los ochenta. Allí están tres hombres sin nada que perder, convencidos de que son los tíos más grandes que han existido jamás. Y que dicen cosas así sobre que la gente abandone sus conciertos:
Eso no nos preocupa en absoluto. Esa clase de gente… no la queremos en nuestros conciertos. Son estúpidos. No merecen estar allí. No nos preocupa para nada.
O sobre sus ambiciones como grupo.
Somos una banda muy comercial. Estamos muy pendientes de las listas de éxitos, tanto en Estados Unidos como en Gran Bretaña como en todo el mundo. Nuestra competencia directa son Culture Club y Duran Duran (…) No competimos con nadie en las listas independientes, eso no tiene sentido, nos hemos puesto miras altas, queremos, intentamos hacer en los ochenta lo que los Beatles hicieron en los sesenta.
O sobre Joy Division.
No es muy difícil ser mejor que Joy Division. Joy Division eran especialmente horribles. Joy Division eran puta mierda. Joy Division eran basura. Ni siquiera quiero ser mencionado en la misma frase junto a Joy Division (…) Eran tan horribles, eran tan poco ambiciosos, ni siquiera quiero hablar de ellos.
O, mi favorita, este diálogo totalmente surrealista por la comicidad severa de todos los actores implicados.
—Queréis ser tan famosos como, digamos, los Rolling Stones. —Más famosos. —¿Creéis que tendréis éxito? —Sí.
No se trata de la respuesta en sí, sino de la réplica mecánica en segundo plano de William Reid a su hermano, quien lleva todo el peso de la entrevista. En realidad, tampoco se trata de eso. Ni siquiera de la perplejidad del presentador, visiblemente desorientado, cuando Jim pone a parir a Joy Division. En última instancia, se trata de Gillespie dándose el lote con su novia durante toda la entrevista.
Estaban de vuelta de todo antes de empezar y esta entrevista les retrata como los genios despreciables que eran. En 1986, con Psychocandy a sus espaldas, The Jesus and Mary Chain sabían qué tenían que ser y alumbraban el camino para todos los demás, aunque nadie en el circuito independiente les quiso seguir. No idolatrarás a tus ídolos: los crucificarás. No criticarás a quienes traicionan el ideal underground por el éxito de masas: querrás ser como ellos. No te preocuparás por la escena: la detestarás. Serás, en definitiva, una auténtica estrella del Rock ‘N Roll, unos mandamientos que sólo Oasis —tiene su qué— entenderían. Una genialidad, ya digo.
Vía | This Is Underground
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La noticia Todos tus grupos favoritos deberían ser como The Jesus and Mary Chain en 1986, pero nunca lo serán fue publicada originalmente en Hipersónica por Andrés P. Mohorte.
Todos tus grupos favoritos deberían ser como The Jesus and Mary Chain en 1986, pero nunca lo serán
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